Esta obra es un invento que hizo un tipo a su perro Jerry para que pudiese jugar con la pelota cuando él quisiese. Lejos de hacerla como sustituto de sus ratos de juego, dice que la fabricó más que nada como diversión para él mismo y que actualmente su brazo ha lanzado más pelotas que las que ha lanzado el aparato.
Incorpora sensores de proximidad, para que no se active si el perro está demasiado cerca, de presión, para saber cuando la pelota está en su lugar y un contador para saber cuantas veces ha jugado el perro con la máquina. Vamos, todo un lujo para aquellos dueños de perro realmente vagos.
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