Disponia de todo lo que se necesita para llegar a ser feliz. Pero ahora mismo era capaz de renunciar a su exitosa vida futura para ser feliz hoy, desde este preciso instante. Sabia que sus problemas no se podian comparar a los de ningun otro por su simplicidad, y se maldecia a si mismo por no ser capaz siquiera de subir por la menos empinada de las cuestas.
Se preguntaba si ese era el lugar que debia ocupar en la vida, si estaba destinado al fracaso. Si debia enfrentarse al destino solucionando los problemas o evitarle escapandose a cualquier otro lugar en el que el destino no tuviese nada pensado para el. Todo podia tener un fin rapido, pero su cariño por los que estan a su lado le obligaba a desechar esa opcion no por cobardia, sino por una valiente resignacion.
Quizas era el unico que no veia la luz al final del tunel porque sabia que siempre habia estado ahi. Confiaba en el tiempo para que arreglara las cosas, dejandose llevar por la siempre proxima y evidente llegada de la claridad. Quizas por eso fue capaz de guiar a tanta gente de manera incondicional hasta el final del tunel al conocer perfectamente el camino a pesar de no haberse atrevido nunca a recorrerlo.
Llevaba varias semanas, tal vez meses, tratando de vivir sin aquello que era causa de su infelicidad, cumpliendo solo con las funciones basicas de nutricion y relacion ser humano. Pero su situacion empeoro, dejandole la vida una extraña ironia a las puertas de su conciencia: era incapaz de vivir sin sus problemas.
Problemas que la humanidad habia creado sin querer a partir de las estrategias ideadas por ellos mismos para mejorar su situacion. Y dentro de la propia especie, para destacar entre los demas, creando dificultades para que alguien tropezase. De esta forma, los problemas que se encontraba en la vida pordian haber sido creados a kilometros de distancia, y transmitidos hasta el para obligarle a preguntarse si seria aquel que lo resolviese o lo dejaria correr para que se sumase a la lista de problemas sin resolver de algun individuo desconocido y todavia feliz. No sabia si esta vez era su "ahora o nunca" particular, pero si sabia que ahora tenia delante de si una oportunidad mas.
Tenia los bolsillos desgastados de tanto uso. Para ser claros, no fue por el dinero, sino por el continuo roce de sus propios nudillos. Alguna vez cabalgó junto al Poderoso Caballero, despilfarrando sin control alguno. Pero algo de lo que pudo siempre presumir cuando todo le iba del reves, fue de gastar mas folios en blanco que verdes y sucios billetes de papel, de tragarse el orgullo para evitar que alguien tuviera que usar blancos pañuelos en su nombre, secando unos ojos que habian cambiado su forma de ver la Tierra, la vida, y por que no, tambien como era el.
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