En 1921, con motivo de la inauguración de la presa del Conde de Guadalhorce, el rey Alfonso XIII cruzó la pasarela, quedándose así el lugar bautizado con el nombre del monarca.
Las tareas de restauración no se lleban a cabo en la pasarela desde hace muchos años. Está bastante deteriorada y es muy peligrosa. Está situada a una altura de 200 metros del río, tiene un metro de anchura y un pasamanos brilla por su ausencia en la mayor parte del recorrido.
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Algunas partes de esta pasarela se han derrumbado por completo; sólo quedan las vigas de metal que sirven de sujección y un cable que recorre casi todo el camino, en al que uno se puede agarrar para evitar caer al vacío.
Durante los últimos años han sido muchos los que han perdido la vida en este lugar. Después de que 4 personas murieran en 2 accidentes en 1999 y 2000, el gobierno de Málaga cerró la pasarela. Aunque aún hay turistas valientes que encuentran la forma de acceder a ella.
En 2006 se aprobó un plan de restauración con un presupuesto de 7 millones de euros.
Visto en Espectador atónito del día.
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