Bien, en mi caso particular, se encendió con los comentarios de un programa desconocido en un desconocido canal. Cuando por fin se aclaró la pantalla y desapareció la oscuridad, ví que se trataba de Saber vivir, programa bien conocido de Televisión Española. Lo que me hizo permanecer en la emisión no fue la avanzadísima edad media del público, sino el tema del que estaban hablando. Uno de los presentadores (aunque no era el habitual sonrisitas) formulaba una pregunta a una anciana del público sosteniendo un Reproductor Mp3 entre los dedos:
- Ahora vamos a hablar de algo más serio. Señora, ¿sabe usted qué es esto?
- Sí, un "Petrés".
- Efectivamente, es un reproductor Mp3. ¿Lo conocía ya?
- Sí, claro.
- ¿Lo utiliza a menudo, ya sea para escuchar música o la radio?
- No, no, que va, se lo he visto a mis 7 nietos.
- ¿Ah sí?
- Si, pero lo usan con control ¿eh?.
- ¿De verdad? No ponen el volumen alto ni nada, ¿no?
- Claaro, claaro, lo usan siempre con mucho cuidado.
- Pues bien, porque de lo que queríamos hablarles era de la peligrosidad de...
Resulta que según un estudio reciente, los reproductores Mp3 provocan aislamiento en la persona. Hay jóvenes que pasan 8 horas diarias con los cascos puestos y ajenos a la realidad que los circunda. Basándose en las increíbles cifras de venta del iPod de Apple, se puede hablar ya de una "generación mp3". Son jóvenes aparentemente normales, pero que no mantienen contacto con la realidad.
Mientras el locutor hablaba, las imágenes que acompañaban estas palabras eran de jóvenes (de 25 años) en el metro o caminando por la calle con una mochila al hombro. Por supuesto, y para que no haya ninguna duda, ninguno de estos jóvenes iba acompañado por otra persona.
Después de acojonar un poquito a los abueletes que ven el programa y que ni siquiera saben lo que es un Mp3, Fernando Ónega realizaba el habitual monólogo del programa y advirtió de los innumerables peligros del aparato. No voy a poner comillas, porque no recuerdo textualmente sus palabras, pero fueron algo así:
Desde Saber Vivir, queremos advertirles de que esos reproductores Mp3 cortan la comunicación entre ustedes y sus hijos. Acaban con toda esperanza de conversación y producen un daño importante en la vida social del joven. Si usted no padece este caso, tiene suerte, pero si por el contrario tiene hijos que quiere y disponen de un Mp3, invíteles a cortar con el aparato de una vez por todas. Hagan que llenen su tiempo libre leyendo o haciendo deporte. No permitan que estos aparatos destruyan lo que tanto tiempo han intentado inculcar en sus hijos.
Bien, pues he buscado información acerca del fenómeno Mp3 en Internet, y sólo he encontrado un resultado válido, un artículo de El País que viene a decir más o menos lo mismo.
Y digo yo.
¿Qué necesidad tienen los abueletes de ver como su tensión se dispara mientras se creen un montón de chorradas que dicen en un programa de televisión? Ahora, y aunque sé que no me pueden escuchar, les pregunto.
Sres. responsables de la noticia, ¿consideran que el reproductor Mp3 aisla? Están equivocados, aísla mucho más la lectura de una novela, o 4 centímetros de apuntes. ¿Por qué muestran ustedes imágenes de gente (bien crecidita) que va caminando sola escuchando música como si fuesen enfermos con pústulas bajo el brazo? Evidentemente, si van solos, es cuando escuchan música, y no suele ser con gente delante (digo suele, porque hay de todo, claro). Seguro que al jardinero que trabaja con su césped no le dicen nada del pinganillo que lleva en la oreja con el Carrusel Deportivo a todo trapo.
Yo escucho música con mi Mp3 cuando voy a la facultad, leo, o realizo un trayecto largo en autobús. Tengo este hábito desde que tenía 13 años y mis pobres padres me regalaron un Walkman del que no me separaba. Después vino el Discman, y debido a su tamaño se hacía complicado transportarlo, pero aun así lo hacía, porque siempre me gustó la música y te entretenía en las interminables esperas. De hecho sres, estudio una carrera de idiomas gracias a las horas de música que tengo entre los tímpanos. Mi pronunciación inglesa tiene un acento americano (a pesar de estudiar toda la vida la fonética británica), y jamás he estado en Estados Unidos. Comencé a estudiar alemán porque quedé cautivado del idioma en el que un grupo que sugió hace unos 5 años llamado Rammstein cantaba sus canciones. Y desde hace dos años, escucho música francesa para conseguir lo mismo con este idioma, que no es de mis preferidos.
Lo que aísla de verdad es ser un impresentable, y a pesar de que las cifras de imbéciles a nivel mundial darían mil vueltas a estudios absurdos como estos, no se ha hablado nunca de una "generación impresentable". Según un estudio reciente, ser un gilipollas aísla. ¡Caramba! Invitemos a nuestros amigos tocapelotas a morir sepultados bajo una tonelada de tierra, no sea que destruyan los valores de los que tan buen ejemplo doy.
Así que, señores autores de la noticia, hagan el favor de no exagerar las cosas, que si por ustedes fuese, mañana mismo se acabaría el mundo. Y dejen de una vez de desprestigiar a la juventud.
Se viene acusando a los jóvenes de vivir de espaldas al mundo y de “pasar” de todo. En plena sociedad del conocimiento, rodeados de tecnología, se les acusa además de esconderse detrás de sus móviles y de sus mp3. Javier Abril, psicólogo y docente de la Universidad San Vicente Mártir de Valencia (UCV), tiene las ideas claras al respecto: "El abuso de estos aparatos provoca el aislamiento de los más jóvenes, tanto en el entorno familiar como entre los amigos. Además, puede inducir a la aparición de ansiedad, afectar a la autoestima y magnificar algunos miedos de la adolescencia. De todas formas, el problema fundamental es la falta de autocontrol en una edad en la que los padres deben ejercer su función de guías". [ver noticia en el País] Pero ¿realmente los jóvenes se “adultizan” aislados? El cambio generacional que estamos viviendo es brutal. En tan sólo una docena de años Internet ha transformado nuestras vidas, proporcionando una serie de recursos que han cambiado nuestras formas de actuar, conocer y comportarnos. Los jóvenes no se aíslan, simplemente viven el mundo que les ha tocado vivir. ¿No comprenden los jóvenes a los adultos o son los adultos los que no comprenden a los jóvenes? Este choque reciproco no aporta nada nuevo, es una tendencia perfectamente estudiada en antropología y sociología. El cambio está en ese nuevo escenario tecnológico que estamos viviendo y del que ya no podremos salir.
http://libroweb.blogspot.com/2008/08/generacin-mp3.html
Alfonso Vázquez
www.ciberantropologia.org
Estoy de acuerdo con lo que dices,eso era precisamente lo que queria expresar.
Gracias por tu comentario, un saludo.