Pues ayer me robaron el abrigo. ¡Cabrones!
Estaba viejo pero aún era útil. Y menuda joya te has echado encima. Ah eso sí, te aviso de que sé perfectamente cual era mi abrigo, porque así lo ha sido durante 2 años. Como te vea por la calle con él, no dudes de que voy a ir a por ti, desgraciado. Que te llevaste las chaquetas de medio bar y eso canta mucho.
Ojalá que te quede bien y estés calentito con él. Este invierno tendré ojos en el culo, y estaré buscando tu alma en todas partes. Sácalo a menudo y paséate por ahí, para que pueda vértelo.
Y si lo has hecho por amor al arte, cogiste algo sólo por joder, y lo tiraste en el contenedor más lejano, he de decirte que eres más tonto de lo que crees, porque ahora tendrías un abrigo más. Aunque no te gustase. Se lo das a tus amigos supermodernos que seguro que se lo pasan bien.
Si haces el favor, lleva abrigo este invierno. Porque voy a prenderle fuego después de escupirte en la cara, imbécil.
P.D. Los insultos, como adjetivos que son, aportan sentidos propios que otras palabras no pueden conseguir. De todas formas, aunque sean imprescindibles aquí, si te sentiste ofendido mis disculpas.
Pero si robaste mi abrigo, las disculpas te las daré personalmente.
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